Macro

Principales bancos ven mayores riesgos en el escenario local: política y confianza serán clave

Por: Denisse Vásquez H. | Publicado: Martes 30 de junio de 2015 a las 04:00 hrs.
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Si 2014 resultó ser un año decepcionante para el país en términos económicos, con una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de tan solo 1,9%, lo observado estos primeros seis meses no aleja los temores sobre repetir un nuevo escenario de debilidad este 2015. De hecho, ya parecen lejanas las expectativas de que el crecimiento de la actividad se podría recuperar hasta niveles de 3% hacia diciembre y, a medida que ha transcurrido el semestre, los números más bien sugieren que el resultado será del orden de 2,5%. Para algunos analistas la suerte del presente ejercicio ya está jugada, aunque otros confían en algún factor de impulso. Cualquiera sea el caso, el punto es resolver los nudos que han impedido el ansiado repunte para aspirar a un mejor 2016. Lo delicado, como lo refleja la visión de los principales bancos del país, es que la debilidad de la economía hoy va de la mano de un deterioro de la confianza de consumidores y empresarios, en un contexto donde predominan problemas políticos.


 

"EVOLUCIÓN DE LAS EXPECTATIVAS PRIVADAS MARCARÁ LA DIFERENCIA EN EL CRECIMIENTO DE 2016"

"En un ambiente de alzas de tasas externas y menor impulso fiscal, las expectativas jugarán un rol clave", plantea el economista jefe del Banco de Chile, Rodrigo Aravena, quien destaca que dependiendo de su evolución, podrán impactar al PIB tanto al alza como a la baja. Su pronóstico apunta a un crecimiento de 3% -con sesgo a la baja- para el próximo año, con un crecimiento de la formación bruta de capital fijo entre 2% y 3%, consistente con una mantención de la tasa de inversión en los niveles actuales.

Este panorama con un incremento en la actividad algo superior al 2,5% que espera el economista para este año, se dará "siempre y cuando se cumplan algunas condiciones".

Entre ellas, que el mundo presente un mayor dinamismo, lo que dependerá de un mayor crecimiento de Estados Unidos y Europa y la persistencia de un tipo de cambio depreciado que permitiría que las exportaciones netas compensen, al menos parcialmente, el debilitamiento de la demanda interna. "Un tercer factor sería la persistencia de condiciones monetarias expansivas, ya que si bien el Banco Central eventualmente iniciaría un proceso de alza de tasas en 2016, éste sería muy gradual y la tasa de política monetaria permanecería por debajo de su valor neutral", destaca Aravena.

Por el contrario, entre los elementos que podrían acotar el espacio de recuperación el próximo año está la reducción del gasto fiscal, en línea con la convergencia hacia el balance estructural que el gobierno planea iniciar en el próximo presupuesto.

Otro factor es la evolución del precio del cobre, "ya que no resulta descartable que exista un retroceso debido a la desaceleración de la economía China".

Finalmente, está la probabildad de un alza de tasas en Estados Unidos el próximo año, pues el economista, señala que la reacción que tengan los flujos de capitales "también será un elemento de riesgo para el crecimiento local".


 

"NO VEO RIESGOS DE CAER EN UNA DESACELERACIÓN MÁS PROFUNDA, PERO SÍ DE ESTANCAMIENTO"

Para Banco Santander, la economía está estancada, principalmente por la baja que experimenta la inversión, a lo que se sumaría el próximo año una disminución del gasto fiscal.

"Si interpretamos bien al ministro Valdés, debiésemos tener un menor gasto público en 2016 y, con esto, más la ausencia de una recuperación en la inversión privada, tendremos una economía que no va a ser muy distinta en su dinamismo a 2015", expone el economista jefe de Banco Santader, Pablo Correa. Su proyección apunta a un PIB de 3,2% para el próximo año, determinado, entre otros, por un avance del gasto fiscal del orden de 4,4%; un alza en exportaciones gracias a un mayor dinamismo en Europa y EEUU; y un mejor año para Latinoamérica, que favorecería un repunte de los envíos industriales. Para Correa el gran ausente -de existir un mayor dinamismo- será la inversión, ya que para 2016 el panorama en este ámbito no es alentador. "Aunque un tipo de cambio más estable, una prolongada política monetaria expansiva y la inversión pública dan cierto piso, nada augura que veremos una recuperación más marcada de la inversión privada", manifiesta. En su opinión, el principal factor que mantendrá a la economía local congelada será el escenario político, ya que hoy "la economía está totalmente condicionada y contaminada por él".

"Acá el tema es ordenar el cuadro político y eso pasa porque lo que hasta hoy han sido declaraciones por parte del gobierno sobre la priorización del crecimiento, se transformen en los próximos meses en acciones concretas y así puedan tener un impacto en 2016". Para el economista, es crucial que junto con el discurso del Ejecutivo desaparezcan dudas relacionadas con la agenda del gobierno, por ejemplo, si se tocarán o no los derechos de propiedad con la reforma constitucional. "El mayor riesgo es que todo se mantenga más o menos igual a lo que observamos hoy. No veo riesgos de caer en una desaceleración más profunda, pero sí de estancamiento, y que la tan querida recuperación no aparezca tampoco el próximo año", sostiene.


 

"LA RECUPERACIÓN REQUIERE DE SEÑALES POTENTES DE LAS AUTORIDADES DE GOBIERNO Y POLÍTICOS"

En BCI anticipan un incremento para la actividad entre 3% y 4% para 2016, algo por sobre el esperado para este año. De acuerdo al economista jefe de la entidad, Sergio Lehmann, se observará un escenario externo más favorable en términos de crecimiento, de la mano de Estados Unidos que mantendría un buen dinamismo, y Europa, que mostraría nuevos signos de recuperación.

"Este mayor impulso impactaría positivamente a América Latina, configurando para Chile un escenario de mayor demanda externa", sostiene Lehmann.

A esto se sumaría la posibilidad de una mejora en los términos de intercambio, con un precio del cobre algo mayor hacia fines de año y un petróleo relativamente estable. Otro factor que jugaría a favor de la actividad el próximo año, de acuerdo al economista, es el compromiso que ha manifestado el gobierno con un mayor crecimiento para la economía, lo que requiere de señales que contribuyan a fortalecer la confianza, que aún se encuentra en niveles muy deprimidos.

Y es que para Lehmann la confianza es el principal factor que podría frenar la recuperación local. "Mientras no observemos una recuperación de las percepciones, tanto de empresas como de consumidores, la recuperación no llegará", sentencia y agrega que esto requiere de señales "potentes" tanto de las autoridades de gobierno y políticos, "de manera que se avance de manera consensuada, buscando acuerdos en las reformas en discusión".

Entre los elementos que podrían mantener trancada a la actividad local en 2016, cita la persistencia de la marcada debilidad que ha mostrado América Latina este año. Esto podría afectar los flujos de inversión, presionar las monedas y golpear las exportaciones. También menciona condiciones crediticias menos favorables, a raíz del alza de tasas en Estados Unidos.


"NO VEMOS IMPULSOS FUERTES, SINO MÁS BIEN ALGUNOS VIENTOS EN CONTRA PARA EL PRÓXIMO AÑO"

El escenario base para la economía local que tiene Grupo Security para el próximo año apunta a un crecimiento bajo y debilidad prolongada, con un PIB que se ubicaría entre 2% y 3%.

"Lo que estamos viendo no es un impulso muy fuerte, sino más bien algunos vientos en contra para el próximo año", expresa el economista jefe de la entidad, Dalibor Eterovic.

El experto estima que tanto las expectativas de los consumidores como de los empresarios se van a mantener en niveles deprimidos en los próximos meses y continuarían de esa manera hacia el año 2016. La principal razón -expone Eterovices que las discusiones en el ámbito político se van a mantener durante todo este año con la aplicación de la reforma tributaria y la conclusión de la discusión de la reforma laboral.

A esto, agrega, se sumarán las disyuntivas relacionadas al proceso constituyente, que de acuerdo a las declaraciones que ha realizado el gobierno "sería un proceso largo, que incluso podría culminar en el próximo Parlamento".

"Nos da la impresión de que las discusiones por esa parte se van a mantener. Además creemos que el entorno externo va a seguir siendo poco amigable para las economías emergentes, lo que va a mantener las expectativas en niveles muy bajos", afirma.

Un punto que podría jugar a favor la política monetaria cuya coordinación con la política fiscal es clave para Eterovic. "El fuerte aumento en el gasto fiscal le quitó espacios a la política monetaria para ser más expansiva. Pero de darse nuestro escenario base, de un gasto fiscal expandiéndose en torno o por debajo del 6%, nos parece que se van a abrir oportunidades para que el Banco Central aumente el estímulo monetario de manera de apoyar esa consolidación fiscal", postula.


 

"HAY QUE REORIENTAR LA AGENDA PÚBLICA HACIA ACCIONES DESTINADAS A PROMOVER EL CRECIMIENTO"

Un pronóstico un tanto más alentador es el que proyecta para el próximo año el director ejecutivo de CorpResearch, Sebastián Cerda, quien estima que el crecimiento del PIB local se situaría en el rango de 3-3,5%.

Eso sí, advierte que esta expectativa es una "decepción", porque de esta forma se completarían tres años consecutivos de crecimiento del PIB por debajo del Producto potencial.

Para Cerda, un mejoramiento significativo de las condiciones externas podría ayudar a levantar la economía el 2016. Según explica, se podría ver un repunte en condiciones de una "reversión del proceso de apreciación global del dólares que provoque una recuperación significativa en el precio de los commodities, particularmente los metales".

También, estaría en juego la "reorientación" de la agenda pública hacia un "set de acciones" destinadas a promover el crecimiento. Por ejemplo, dice, reformar la estructura tributaria hacia impuestos uniformes, no distorsivos y que logren recaudar. "Básicamente que la agenda pública esté orientada a restablecer incentivos y remover regulaciones hacia una mayor inversión y empleo. Esa agenda puede llegar a ser tan amplia y ambiciosa como se desee, pero creo que bastaría con señalar un cambio de agenda en ese sentido. El problema que veo con esto es que no existen los consensos políticos para esto", advierte.

En tanto, según el economista, uno de los factores que podrían entorpecer el crecimiento el próximo año es un deterioro adicional de las condiciones externas si es que "el retiro de los impulsos monetarios de EE.UU. se produce de una manera más agresiva de la hasta hoy anticipada".


"DESPEJAR INCERTIDUMBRE DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL PERMITIRÍA RETOMAR PROYECTOS DE INVERSIÓN"

"Para el próximo año no avizoramos un mayor repunte en la actividad económica, principalmente por la aún deprimida demanda privada, afectada por los bajos niveles de confianza", dice el economista senior para Chile del Banco BTG Pactual, Mario Arend.

Bajo este escenario, prevé un PIB entre 2% y 3% para 2016, acompañado por una inversión que crecería entre 2% y 3% y un gasto fiscal que se incrementaría entre 3% y 4%.

Los principales riesgos para la actividad chilena en el próximo ejercicio, de acuerdo al economista, son alzas más pronunciadas en las tasas por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en relación a lo que espera el mercado.

A nivel local, en tanto, impactaría de manera negativa que los niveles de confianza se mantengan deprimidos.

En medio de este escenario, el economista estima que el proceso de normalización en la política monetaria local tardaría en llegar, "en la medida que la actividad económica no muestre una recuperación sostenida".

Por lo mismo, sus pronósticos apuntan a que la tasa de política monetaria se ubique en 3,25% a finales de 2016.

¿Qué elementos podrían favorecer una recuperación más pronunciada? En primer lugar, Arend destaca que "despejar la incertidumbre de la reforma constitucional permitiría retomar proyectos de inversión", lo que podría ayudar a levantar la economía el próximo año. En segundo lugar, señala el experto, ayudaría un tipo de cambio más alto, "que elevara la competitividad del sector exportador".

Finalmente, el economista señala que se observaría un panorama más prometedor con una agenda pro-crecimiento "más comprometida".

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